lunes, 16 de abril de 2007

EL FUSILAMIENTO DE MANUEL DORREGO

13 de diciembre de 1828

SUS ÚLTIMAS CARTAS

Nació en Buenos Aires en 1777, Jefe del Partido Federal y Gobernador de la Provincia, fue derrotado y fusilado como consecuencia de una revolución unitaria encabezada por Lavalle. Oficial de los ejércitos patriotas, peleó en Suipacha, Tucumán y Salta, demostrando un valor temerario, su trágico fin, fruto de los enconos políticos de la época, rodea su figura histórica con la aureola del mártir. El 13 de Diciembre de 1828, a la una y media de la tarde anunciaban a Lavalle en su campamento de Navarro, la llegada de Dorrego. El prisionero no había descendido aún del carruaje, cuando ya el ayudante Don Juan Elías le notificaba la terrible sentencia: dentro de una hora sería fusilado. Al oírla, el desdichado se golpeó la frente con la mano, exclamando: ¡Santo Dios!... Pero consiguió dominarse virilmente; pidió papel y tinta y que le trajesen al cura de Navarro, que era primo suyo. Escribió varias cartas. Después, enterado de que el general Lamadrid, su antiguo amigo y camarada del Ejercito del Norte, estaba en el campamento, lo hizo llamar y le confío algunos objetos. Ni Lamadrid ni Elías tuvieron valor para acompañarlo en la hora de la muerte. A las dos y media, la orden fatal había sido cumplida. Doce años más tarde, Lavalle volvía arrepentido al sitio del suplicio de Dorrego. "Postró allí su frente altiva y su alma heroica, y derramó las primeras lágrimas de su vida...".-

CARTA A ESTANISLAO LOPEZ, GOBERNADOR DE SANTA FE
“En éste momento me intiman morir dentro de una hora. Ignoro la causa de mi muerte; pero de todos modos, perdono a mis perseguidores. Cese, por su parte, todo preparativo y que mi muerte no sea causa de derramamiento de sangre. MANUEL DORREGO.-"

A SU ESPOSA
"Mi querida Angelita: en este momento me intiman que dentro de una hora debo morir; ignoro por que, mas la Providencia divina, en la cual confío en este momento crítico, así lo ha querido. Perdono a todos mis enemigos y suplico a mis amigos que no den paso alguno en desagravio de lo recibido por mí. Mi vida, educa a esas amables criaturas, sé feliz ya que no lo has podido ser en compañía del desgraciado. MANUEL DORREGO".-

A UNA DE SUS HIJAS
"Mi querida hija Angelita: te acompaño esta sortija para memoria de tu desgraciado padre. MANUEL DORREGO".-

A LA OTRA HIJA
"Mi querida hija Isabel: te devuelvo los tiradores que hiciste a tu desgraciado padre. MANUEL DORREGO.-

A SU SOBRINO DON FORTUNATO MIRÓ
"Mi apreciable sobrino: te suplico arregles mis cuentas con Angela, por si algo le toca para vivir a esa desgraciada. Recibe el adiós de tu tío. MANUEL DORREGO".-

A SU AMIGO DON MIGUEL JOSÉ DE AZCUENAGA
"Mi amigo y por usted a todos: Dentro de una hora me intiman debo morir; ignoro por que; la Providencia así lo ha querido. Adiós mis buenos amigos; acuérdense ustedes de su MANUEL DORREGO.-
P.S. En este momento la Religión Católica es mi único consuelo".-

EL DRAMA DE DORREGO
Retirados los regimientos del lugar del fusilamiento, Lavalle llamó a todos los jefes y, con voz cuya energía ahogaba la emoción, les manifestó:"¡Estoy cierto de que si hubiera llamado a Uds. a Consejo para juzgar a Dorrego, todos habrían sido de la misma opinión que yo!. ¡Pero soy enemigo de comprometer a nadie, y lo he fusilado por mi orden! ¡La posteridad me juzgará!".- Y, después sentándose ante una mesita de pino, pintada de negro, escribió al ministro Díaz Vélez la conocida nota en que comunica al Gobierno que el coronel Manuel Dorrego "acaba de ser fusilado por mi orden al frente de los regimientos que componen esta división". Firmó y cerró ese oficio, tomó otro papel, y como un desahogo de su alma escribió febrilmente al gobernador delegado, el viejo y bondadoso marino Guillermo Brown: "Yo, mi respetado almirante, en la posición en que estoy colocado, no debo tener corazón. V.E. siente por sí mismo que los hombres valientes no pueden abrigar sentimientos innobles, y que al sacrificar al coronel Dorrego lo hago en la persuasión de que así lo exigen los intereses de un gran pueblo..."

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