domingo, 15 de abril de 2007

Subteniente Abanderado MARIANO GRANDOLI


Héroe santafesino, casi desconocido, que murió acribillado en la batalla de Curupaytí con la bandera Argentina en sus manos hecha pedazos y manchada con su sangre


Mariano Grandoli, siendo un adolescente, se enteró que el 13 de abril de 1865 una escuadra paraguaya había atacado a dos naves argentinas en el puerto de Corrientes, y que un ejército había entrado casi sin resistencia al territorio nacional. Con gran sentimiento patriótico concurrió al cuartel de la Guardia Nacional a pedir un puesto en las fuerzas que marcharían a campaña. Ni su madre ni el coronel José María Avalos lograron convencerlo de la idea de convertirse en voluntario. Como era el más joven entre los candidatos a oficiales, lo nombraron subteniente abanderado, y pocos días más tarde lucía orgulloso el uniforme del Batallón 1º de Santa Fe. El 8 de julio, la unidad salió a campaña, y cinco días más tarde, al llegar a Concordia, el presidente Bartolomé Mitre arengó a los rosarinos y le escribió al ministro de guerra para decirle que lo había impresionado la intrepidez de aquel cuerpo de milicianos. Luego de largos días de marchas y de prolongadas demoras para organizar el Ejército, las tropas argentinas cruzaron hasta el Paraguay. En “El libro de órdenes generales” del batallón se señala puntualmente el incansable servicio de Grandoli y sus sentimientos hacia la patria. Presenciando a distancia los combates que libraban otros regimientos, el 1º de Santa Fe entró en lo más recio del fuego en la batalla de Tuyutí (24 de mayo de 1866). “Marianito” como lo llamaban sus superiores, hizo flamear la enseña patria bordada por las mujeres rosarinas. Hubo otras acciones de guerra, hasta que el 22 de setiembre de 1866, se ordenó el ataque de las inexpugnables trincheras de Curupaytí. El día anterior, al contemplar las imponentes defensas, Grandoli le había escrito a su madre: “... Mañana seremos diezmados por los paraguayos, pero yo sabré morir por la bandera que me dieron...”. El batallón fue designado como vanguardia de todo el Ejército Argentino y las balas dieron de inmediato cuenta de oficiales y soldados. Las unidades de infantería se apiñaban en procura de alcanzar la cima del baluarte y eran deshechas una a una. Grandoli hacía flamear con energía el pabellón, pero cayó acribillado por los proyectiles enemigos. Cuando se ordenó la retirada, el emblema estaba destruido y sus franjas manchadas con la sangre del abanderado.- Esa bandera se encuentra en el Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc y en una placa de bronce, se transcribe la carta que el coronel Avalos le dirigió días más tarde a un vecino de Rosario: “...Hecha pedazos como está y manchada con la sangre del intrépido subteniente 1º de bandera don Mariano Grandoli, tal vez no la conozcan más las distinguidas señoritas que la trabajaron...”, y concluía pidiendo que les dijera: “... No se olviden de los que quedaron en Curupaytí, que tal vez ellos ese día recordaban de ellas por el tanto arrojo que hubo...”. Los restos de Grandoli no pudieron ser rescatados y quedaron en la trinchera, como los de tantos otros argentinos. Recordemos que en ésta encarnizada batalla murió también el hijo del Gran Maestro Argentino, Capitán Domingo Fidel Sarmiento.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lastima que muy pocos conozcan la historia del abanderado Grandoli, una historia de valor y de orgullo como pocas...
Acabo de ver "portales oficiales" de Rosario donde ni se lo nombra.
Carlos Barocelli