jueves, 19 de abril de 2007

EL MILAGRO DE LA ESTATUA DEL GRAL. JOSÉ de SAN MARTÍN

Incólume a 487 bombardeos aéreos, ataques navales y la caída de 1200 toneladas de proyectiles


Hay que resaltar el sentimiento de los habitantes de Boulogne y el recuerdo vivo que mantienen hacia el Gral. San Martín, que tanto la guerra y la ocupación alemana a Francia no han hecho olvidar a tan extraordinario hombre que eligió ése pueblo como sitio final de su exilio. Aparte de la casa donde murió, se erige también un monumento al Gran Capitán, en la calle costanera Saint-Beuve. Recuerdan quienes visitaron el lugar a poco de terminar la 2º guerra mundial que el paseo de la calle Saint-Beuve ofrecía un espectáculo desolador y asombroso a la vez. A una distancia no mayor de doscientos metros de la estatua en el paseo indicado a la salida del puerto, la marina alemana construyó una sólida y espectacular base de submarinos protegida por gruesas y sucesivas capas de cemento de, al parecer, tres o cuatro metros de espesor. Era la base enemiga mas próxima a Inglaterra, siendo una preocupación del mando aliado, que procuró hostigarla permanentemente y anularla en la medida que le fuera posible. Puede asegurarse que esa base fue casi el objetivo único de Boulogne-Sur-Mer y por tal motivo una de las ciudades mas castigadas de Francia. Boulogne-Sur-Mer soportó 487 bombardeos aéreos y gran cantidad de ataques navales; desaparecieron barrios enteros, como los de Capécure, Ave María y Saint-Piérre, el mas castigado y próximo a la estatua del Libertador. Durante la noche del 15 de junio de 1944, 300 aviones arrojaron mil doscientas toneladas de proyectiles sobre Boulogne. Todos esos bombardeos buscaban destruir la base de submarinos que como se dijo, estaba instalada a no más de doscientos metros de la estatua. El objetivo se encontraba fuertemente defendidos, por lo que el ataque se efectuaba desde gran altura, lo que explica que alrededor de dicha base, a una y otra margen del río, la destrucción resultó completa. El barrio de Saint-Piérre por éstas acciones había desaparecido al igual que las construcciones de la calle Saint-Beuve. La devastación fue total en ése sector del puerto menos la estatua de San Martín. Los bombardeos del sector fueron perfectamente planificados, las bombas estallaron a uno y otro costado del monumento y solo algunas esquirlas tocaron la base. En cada ataque se derrumbaban casas y edificios y cuando finalizó quienes fueron testigos les resultaba imposible intentar una explicación ya que la estatua del Gral. San Martín estaba intacta a tanta locura de destrucción y muerte. La razón no puede explicar el fenómeno, que tampoco es atribuible a la casualidad, por la intensidad de los bombardeos y lo numerosamente repetidos. A partir de entonces, para la sencilla gente del pueblo boloñés se trata de un milagro y así lo llaman: “el milagro de la estatua de San Martín”.-

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